¿Qué espera el mundo de mí?

10.08.2016

Se formula la siguiente pregunta, algunas se ríen y bromean, es su manera de quitar importancia a una pregunta que las ha puesto nerviosas; otras se quedan paradas, miran al infinito, les resulta una pregunta pesada, no tienen ganas de escarbar; otras miran el papel, suspiran resignadas y escriben.

Sólo una de estas mujeres escribió "ser feliz", las demás, hicieron referencia a ser el pilar fundamental de su familia, la que cuida a todos, la que lo tiene todo, la que está para todo; junto a esto expresaron malestar, se sentían esclavas, se sentían abandonadas, no escuchadas, no eran felices.

Esta era una pregunta planteada, en la "Escuela de Familias" que impartíamos en la organización donde trabajaba, de los cuales sólo había un hombre y lo demás eran diez mujeres.

Tras esto siempre pregunto: ¿Qué espero yo de mí?

Hay quien no tiene objetivos, metas o ilusiones; hay personas que parecen "vivir" de manera automática, pasando los días llevando a cabo las responsabilidades o las acciones que "deben" hacer, pero esto les hace infelices, vacíos, apáticos, no hay adrenalina en sus vidas, no hay algún aprendizaje nuevo, no hay situaciones nuevas que contar con ilusión o alegría, lo que hay es lo de siempre.

Cuando me paro a pensar, y dejo de lado a los demás, pienso en mí, en mis sueños, en lo que me gustaría conseguir y cómo, visualizo mis capacidades y confío en ellas, tras esto bajo a tierra, y pienso como poder conjugar mis objetivos con mi realidad y trazo un plan.

En esta realidad de la que escribo están mis responsabilidades con mi familia, con mi pareja, con mis amistades, con mi trabajo, con mi disponibilidad económica, y hago balance, pero no me olvido de mis metas.

¿Os habéis olvidado de vuestros sueños?

El pensar en nosotros no significa egoísmo o egocentrismo, el preocuparnos por nosotros es síntoma de amor hacia nuestra persona, muchas veces parece repetitivo "si no te quieres (cuidas) a ti mismo, ¿cómo querrás a los demás?", pero es cierto, que cuando más satisfechos estamos con lo que pasa en nuestras vidas y nuestras decisiones, más lo transmitimos a los que nos rodean, trasmitimos ganas, fuerza, ilusión, activación, carisma, amor, cariño, generosidad, aprendizaje, motivación...

Si no estás satisfecha/o con tu vida ¿a qué esperas?

Escrito por: María Álvarez, AN08209