Entendiendo el estrés

08.02.2017

El estrés forma parte de nuestras vidas, puesto que estamos en constante cambio, necesitamos adaptarnos a lo nuevo, y esto genera estrés, es decir, las adaptaciones a los cambios nos generan estrés y ansiedad, todo dependerá del grado al cuál lleguemos.

Pues bien todo cambio, todo lo nuevo genera emociones, genera estrés, incertidumbre, aprendizaje, por eso, no son sólo los acontecimientos negativos como un despido laboral, una ruptura de pareja, un diagnóstico de enfermedad, problemas familiares, etc., los que provocan esta sensación, sino también los acontecimientos positivos, encontrar un trabajo, un ascenso, enamorarnos, etc., necesitamos adaptarnos a estas nuevas circunstancias.

Lo que entendemos como estrés es el conjunto de tres fuentes que se encuentran en interacción constante:

La primera es el entorno, el contexto, las circunstancias que nos rodean, que pueden generarnos amenazas, falta de control o de seguridad, etc.

La segunda manifestación del estrés es orgánica, es decir, cómo las situaciones afectan a nuestro organismo, generando problemas de sueño, de alimentación, de piel, aumento de la presión arterial, aceleración del ritmo cardiaco, sudor, respiración acelerada, etc. Esto da mucha información a la persona, puesto que muchas se activan al sentir estos cambios corporales.

Y la tercera fuente son nuestros pensamientos, lo que hace referencia, a la manera de percibir la información, la manera en que descodificamos esta información y cómo la integramos en nuestra persona; aquí influye la manera de ver y entender el mundo y el futuro. Nuestra forma de percibir los acontecimientos y las vivencias del día a día nos predisponen a sentir y actuar de una u otra forma.

Pues bien, cuando todo esto interacciona nuestro cuerpo se prepara para reaccionar, donde caben dos posibilidades, la de "huir" o la de "luchar", si bien es cierto, hemos de ser prudentes y analizar las situaciones, muchas veces es conveniente huir, puesto que quizá afrontar no merezca la pena y nos lleve a obtener más costes que beneficios; o bien, luchar merezca la pena (estos son valoraciones personales, como ya se ha escrito arriba, cada persona piensa de manera individual y le llevará a desarrollar conductas personales ante las situaciones).

Para hacer frente a todo esto se utilizan diversas técnicas de relajación, que sería la manera de que el cuerpo experimentase las sensaciones contrarias a la amenaza. Y también trabajar con los pensamientos que son muy poderosos a la hora de determinar la manera que tenemos de actuar.

Escrito por: María Álvarez, AN08209 .