Llorar ¿Por qué no?
El llanto es una conducta que nos acompaña desde que nacemos hasta el final de nuestra vida, marca desde los acontecimientos más triviales como los mayores eventos vitales por los que vamos pasando.
Muchas veces, cuando lloramos nos acompañan sentimientos de frustración, vulnerabilidad, tristeza, impotencia, rabia, muchas personas se sienten débiles al mostrarse llorando ante otros, sienten vergüenza.
El género también marca un papel importante, las mujeres lloran más que los hombres, puesto que socialmente estos últimos lo tienen menos permitido, lo cual no significa que no lo deseen, ni no lo necesiten.
Sin embargo, debemos destacar que llorar también puede beneficiarnos:
-Hay evidencias científicas de que llorar tras la resolución de un problema, trae consigo emociones positivas para la persona.
-El llanto, tiene un efecto calmante, aunque previo a esto hay una etapa de excitación, donde por ejemplo el ritmo cardíaco se acelera, tras esto, se produce una fase de calma, donde disminuye la respiración se enlentece y donde el ritmo cardíaco también desciende.
-Tras llorar, se puede producir el efecto de mayor receptividad a la escucha, es decir, nos encontramos más abiertos a los demás.
Y por último, destacaría que llorar tiene una fuerte relación con el contexto social, se sabe que las personas que emiten esta conducta y reciben apoyo y comprensión, perciben beneficios psicológicos subjetivos, donde se sienten respetadas, aceptadas e incluso se crean, o se fortalecen vínculos con otras personas.
Por tanto, permítete llorar tras un conflicto, permítete liberar esa tensión, y no te avergüences de ello, es algo natural que puede proporcionarte calma; y tras esto, te recomiendo que te fundas en un abrazo ya sea con el otro o contigo mismo.
Escrito por: María Álvarez, AN08209