Lo que nos decimos, ¿nos limita?

05.10.2017

A menudo nosotros mismos nos limitamos, y aunque esto está muy visto, es algo muy cierto, no vamos a decir que queremos ser astronautas, tener tres yates o ser los jefes de un gran imperio (¡Qué nunca se sabe!), pero sí que es adecuado observar que pensamientos, creencias y/o etiquetas nos limitan en nuestro día a día que nos impiden tener mayor y mejor bienestar.

Lo que nos decimos a nosotros mismo viene influido desde nuestra experiencia, de las relaciones que hemos creado con nuestras vivencias y circunstancias, y en torno a esto, la gran mayoría aprendido, hemos creado quiénes somos y en gran medida esto determina como actuamos.

Todo esto pueden ser creencias referentes a la sexualidad, a la familia, a nuestro futuro, a nuestro cuerpo, a nuestra forma de divertirnos, referente a nuestras virtudes y defectos; por ejemplo, si pienso que soy un/a vag@, puedo tender a conformarme con hacer menos y no conseguir mis objetivos referentes a los estudios, trabajo, actividad física, etc; si pienso que tengo mucho carácter, puedo anclarme en la explosión de la ira y el enfado y no aprender a gestionarlo y solucionar adecuadamente las situaciones; si pienso que no soy atrevid@, probablemente me pierda cosas en el terreno sexual de las cuales podría disfrutar.

En el transcurso de nuestra vida podemos cuidarnos, es decir, aceptar quienes somos, sin conformarnos, aprendiendo y trabajando para mejorar ciertas facetas, o estancándonos, pensando que así somos y no lo podemos mejorar; lo cierto es, que la mayoría sabemos que hay cosas de nosotros que podríamos mejorar en primer lugar por encontrarnos mejor y en segundo, por las consecuencias que esto tendría en nuestro alrededor.

Por tanto, te invito a ser benevolente contigo mismo, ¿qué creencias has ido adquiriendo con el paso del tiempo que te está impidiendo conseguir pequeñas metas? ¿Qué etiquetas te has puesto que justifican el no hacer o no trabajar por tus objetivos? ¿Para qué he adoptado esas etiquetas o esas creencias? Muchas veces son la justificación perfecta para no hacer nada, para quedarse inmóvil, hasta para victimizarse y compadecerse, otras veces es fruto de una falta de habilidades y destrezas..., habla contigo mism@ ¿qué crees de ti que te gustaría modificar?

  • Piensa que quieres mejorar, escribe en una lista las razones y los beneficios, míralo todas las noches, familiarízate con esto.
  • Establece pequeñas metas dentro del objetivo final.
  • Para conseguir las pequeñas metas, introduce pequeños cambios en tu rutina, recuerda ¡pequeños!
  • Llévalos a cabo, si no puedes por algún motivo urgente, importante o de fuerza mayor, reconfigura, pero sigue trabajando, que los obstáculos no te hagan tirarlo todo por la borda.

Escrito por: María Álvarez, AN08209 .