"Yo es que le/la quiero tanto, que todo quiero que lo hagamos juntos"

15.07.2016

¿Te suena esta frase? Es la excusa perfecta para justificar una dependencia emocional, para justificar inseguridades, desconfianzas, egoísmo y control.

Cuando estamos en pareja, obviamente, queremos estar juntos, sobre todo en momentos de ocio, es fundamental disfrutar de la mutua compañía, vivir emociones y experiencias intensas que potencien nuestra conexión emocional y fortalezcan nuestros vínculos.

Pero la realidad es que primero somos personas, seres individuales con nuestras características personales propias, que no son las mismas que las del otro miembro de la pareja y que muchas de nuestras necesidades, emociones, intelectualidades, aprendizajes, curiosidades, etc., nuestra pareja no tiene porque cubrirlo ni coincidir, es nuestra responsabilidad para con nosotros mismo; por tanto, necesitamos un tiempo individual.

Hay personas que piensan que las parejas siempre deben querer estar juntas, siempre van a desear lo mismo, o se van a divertir con lo mismo, o van a querer estar siempre con el mismo tipo de personas o van a tener siempre los mismos objetivos, y la realidad es que esto casi nunca suele ser así.

Muchas veces hay uno/a de la pareja que se siente mal, cuando el/la otro/a es más autónomo e independiente, y tiene intereses que muchas veces no son compartidos por y con la pareja; esto les crea inseguridad, se sienten no tenidos/as en cuenta, no apoyados/as, sienten celos y rencor, y deciden actuar con patrones conductuales muy tóxicos para la pareja como es el pasotismo (para castigar al otro/a), el victimismo (para generar culpa en el/la otro/a) o la rabia (el enfado agresivo con el/la otro/a), generando un patrón de conflicto constante que hace que la pareja disminuya las gratificaciones y refuerzos que antes daba a su pareja, y entonces esto se convierte en un "círculo vicioso" que crea un alejamiento entre ambos.

Si nos sentimos así, es probable que tengamos que pararnos a reflexionar, puesto que nuestra pareja es importante, no podemos reducir nuestra persona a él/ella, es positivo para una pareja las diferencias, así se generan conversaciones, aprendizajes, admiraciones, etc.; la pareja no es todo, es una parte, pero no un todo, por lo que es preciso desarrollarnos personalmente nosotros/as para sentirnos más satisfechos con nosotros/as mismos/as y también tenemos que empatizar con nuestra pareja, entender que no somos iguales y que esto, en sí mismo, es maravilloso.

La pareja me gusta libre, donde ambos miembros estén en continuo crecimiento tanto juntos como separados, y aunque tengamos objetivos separados, sepamos que contamos con el apoyo, la escucha y la comprensión de nuestra pareja.

Escrito por: María Álvarez, AN08209